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Historia de un amor turbio

Destemplado por el atardecer hundióse en su rincón y evocó las dos horas pasadas, página final de una historia cuya amargura no quería por nada volver á revivir. Mientras miraba por la ventanilla, en el crepúsculo frío los cardos que se desmenuzaban volando al paso del tren, recordó: «Cuando la tierra se enfermó, el cielo se puso gris y los bosques se pudrieron por la lluvia, el hombre muerto volvió, una tarde de otoño, á ver de nuevo lo que había amado.» No, no... Había comprado muy cara su felicidad actual para desear perderla.

Arrellenose bien en el asiento y suspiró de satisfacción, pensando que dos días después podría estar tranquilo en la estancia.