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HISTORIAS ESTRAORDINARIAS

Y tomando con precaucion el final de la cuerda, manteniendo al insecto tan distante de su cuerpo como ló permitían las circunstancias, se puso en disposicion de trepar por el árbol.

En un principio el tulipífero, ó Lirio deudron Tulipiferum, el más magnífico de los forestales americanos, tenía un tronco singularmente liso que frecuentemente se eleva á una gran altura sin brotar ramas laterales, pero cuando llega á su madurez, la corteza se pone rugosa y desigual, y pequeños brotes de ramage se manifiestan sobre el tronco en gran número. Así la subida, en el caso presente era más dificil en apariencia que en realidad. Abrazando con comodidad el enorme cilindro con sus brazos y piernas, agarrando con las manos algunos brotes, apoyando los desnudos piés en otros, Júpiter, despues de haberse visto amenazado de caer una ó dos veces, subió al fin hasta la primera gran cruz del árbol, y pareció mirar desde allí como virtualmente cumplido su cometido. En efecto, el peligro principal de la empresa había desaparecido, bien que el valiente negro se encontraba á sesenta ó setenta piés del suelo.

—¿De qué lado es preciso que vaya ahora, amo Will? preguntó.

—Sigue siempre la rama más gruesa, la de este lado, dijo Legrand.

El negro obedeció pronta y aparentemente sin mucho trabajo; subió; subió siempre, de