cia, sino también por la superabundancia casi siniestra de sus pasiones, por una precocidad verdaderamente americana que por último fué la causa de su expulsión. Conviene advertir de paso que Poe habia manifestado ya en Charlottesville una aptitud de las mas notables para las ciencias físicas y matemáticas.
Más tarde debía hacer frecuente uso de estos conocimientos en sus singulares cuentos, obteniendo, por los mismos. inesperados recursos; pero tengo motivos para creer que no era a este orden de composiciones al que más importancia daba, y que tal vez á causa de esa precoz aptitud no estaba lejos de considerarlas como fáciles equilibrios, comparativamente con las obras de pura imaginación.—Algunas desgraciadas deudas del juego fueron causa de que Edgardo se indispusiese momentáneamente con su padre adoptivo; y el poeta hecho curioso, que prueba, por mas que se haya dicho, una dosis de caballerosidad bastante marcada en su impresionable cerebro, concibió el plan de tomar parte en la guerra de los helenos para ir a batirse contra los turcos. Poco después marchó á Grecia.
—¿Qué le ocurrió alli? ¿Qué hizo en Oriente? ¿Estudió las orillas clásicas del Mediterráneo? ¿Por qué le encontramos en San Petersburgo, sin pasaporte, comprometido en algún negocio, obligado á pedir auxilio al ministro americano Henry Middleton, para evitar el castigo ruso y regresar a su país? Se ignora; aquí hay un blanco que sólo el poeta podría llenar. Los diarios americanos anunciaron, hace largo tiempo, que darian á conocer la vida de Edgardo Poe, su juventud y sus aventuras en Rusia, así como su correspondencia; pero jamás hemos visto nada de esto.
De regreso á América, en 1829, manifestó el deseo de ser admitido en la escuela militar de West—Point, donde ingresó á poco; y allí, como en otras partes, dió pruebas de maravillosa inteligencia; pero no queria