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Página:Historias extraordinarias (1887).pdf/29

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XXVII
Su vida y sus obras

ginia era la única mujer á quien Poe amó verdaderamente...» ó En las «Noticias de Poe» no se trasluce nunca amor, por lo menos Ligeia y Eleonora no son historias amorosas propiamente dichas, pues la idea predominante en la obra es muy diferente; tal vez creía que la prosa no es una lengua á la altura de ese extraño y casi intraducible sentimiento, pues en sus poesías, en cambio, éste rebosa por todas partes. La divina pasión aparece magnifica, siempre velada en una melancolía irremediable. En sus artículos habla á veces de amor, pero como una cosa cuyo nombre solo hace estremecer la pluma. En el Dominio de Arnheim afirmará que las cuatro condiciones elementales de la felicidad son: la vida al aire libre, el amor de una mujer, la falta de toda ambición, y la creación de lo bello, de un nuevo género.—Lo que corrobora la idea de M.me Osgood relativamente al respeto caballeresco con que Poe trataba á las mujeres, es que, á pesar de su prodigioso talento para todo lo grotesco y horrible, no hay en toda su obra un solo pasaje que se refiera á la lubricidad, ni aun á los goces sensuales. Sus retratos de mujer tienen, por decirlo así, una aureola; brillan en medio de un vapor sobrenatural y están pintados con el estilo enfático de un adorador.—En cuanto a los pequeños episodios románticos, se ha de extrañar que un hombre tan nervioso, cuyo amor á lo bello era quizás el rasgo dominante, cultivara algunas veces con apasionado ardimiento la galantería, esa flor volcánica y almizclada cuyo terreno predilecto es el cerebro entusiasta de los poetas?

De su belleza personal, de la cual hablan varios biografos, creo que el espíritu puede formar una idea aproximada apelando á todas las nociones vagas, aunque caracteristicas, contenidas en la palabra romántico, palabra que sirve generalmente para indicar los géne-