Ir al contenido

Página:Historias extraordinarias (1887).pdf/366

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
364
Edgardo Poe

po de su jinete, estaba ahora tendido rigidamente y en toda su longitud hacia el barón; los ojos, un momento antes invisibles, tenían una expresión enérgica y humana, con un brillo rojizo extraordinario; y los labios caídos dejaban ver sus grandes dientes repugnantes.

Poseido de terror, el joven barón se acercó á la puerta con paso vacilante; al abrirla, un resplandor rojizo, iluminando á lo lejos la sala, reflejóse en la tapiceria; y como el heredero vacilara un instante en el umbral, se estremeció al ver que aquel reflejo tomaba la posición exacta y llenaba precisamente el contorno del implacable y triunfante matador del Berlifitzing sarraceno.

Para aliviar su espiritu atemorizado, el barón Federico salió rápidamente para respirar el aire. En la puerta principal del palacio halló tres de sus escuderos, que con mucha dificultad y gran peligro de su vida, refrenaban los botes convulsivos de un caballo gigantesco, de color de fuego.

—¿De quién es ese caballo? ¿Dónde le habéis encontrado?—preguntó el barón con acento de enojo, reconociendo al punto que el misterioso corcel de la tapicería era en un todo semejante al furioso animal que estaba viendo.

—Es vuestro, señor—replicó uno de los escuderosó por lo menos nadie le ha reclamado. Le hemos cogido cuando se escapaba, humeante y cubierto de espuma, de las cuadras abrasadas del castillo de Berlifitzing. Suponiendo que pertenecería á alguna yeguada del anciano conde, le hemos traido aquí; pero los criados no reconocen el animal, lo cual es muy extraño, puesto que lleva señales evidentes del fuego, como prueba de haber escapado de éste.

—Además—añadió otro escudero—las letras W. V. B.están marcadas en la frente con mucha claridad; yo