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Página:Historias extraordinarias (1887).pdf/81

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Doble asesinato

necio temor al peligro? Ahora está seguro, y puedo recobrarle. Se le ha encontrado en el bosque de Bolonia, á gran distancia del teatro del crimen. ¿Se supondrá nunca que un animal haya podido dar el golpe?

La policía ha perdido la pista, sin serle posible hallar el más pequeño hilo conductor; y aunque siguieran los pasos del animal, fuera imposible probar que tengo conocimiento del asesinato, ni recriminarme tampoco por saberlo. En fin, y ante todo, soy conocido; el redactor del anuncio me designa como dueño del animal; pero no sé hasta qué punto se extiende su certeza. Si no reclamo una propiedad de tanto valor, sabiéndose que me pertenece, podria recaer en el orangutang una sospecha peligrosa, y fuera mala politica atraer la atención sobre mí ó el fugitivo. Contestaré resueltamente al anuncio, para recobrar mi orangutang, y le encerraré con las mayores precauciones hasta que se olvide el asunto.» Apenas acababa de hablar Dupin, oímos resonar pasos en la escalera..

—Prepárese usted—dijo mi amigo;—coja usted las pistolas, pero no se sirva de ellas, ni las enseñe antes de dar yo la señal.

Como se había dejado abierta la puerta cochera, el visitante entró sin llamar y franqueó la escalera; pero hubiérase dicho que vacilaba, pues oimos que volvía á bajar. Entonces Dupin corrió vivamente hacia la puerta; el hombre subía ya de nuevo, y esta vez, lejos de pronunciarse en retirada, avanzó deliberadamente y llamó á la puerta de nuestra habitación.

—Adelante—dijo Dupin con voz alegre y cordial.

En el mismo instante presentóse un hombre, evidentemente un marino; era un mocetón robusto y musculoso, con una expresión de audacia capaz de imponer á cualquiera, aunque no desagradable. Su rostro, curtido por el sol, quedaba en parte oculto por