que cual un lesoro llevé á mi aposento, en donde desde aquel punto me encerré, consagrando á la lectura todo el tiempo de que podia disponer. Hice de este modo bastantes adelantos en el nuevo estudio, para poner por obra cierto proyecto, que el diablo ó mi ángel tutelar debieron inspirarme.
Esforzábame mientras tanto en captarme la voluntad de los tres acreedores que constituian mi tormento, lográndolo con vender la mayor parte de mis muebles para satisfacer la mitad de su crédito , prometiéndoles saldar la diferencia despues que realizara un proyecto que me bullia en la cabeza, y que necesitaba de su cooperacion para llevarse á cabo. Merced á estos medios y á la circunstancia de que los tres eran muy ignorantes, consegui sin gran dificultad que me ayudaran.
Arregladas de esta manera las cosas, me