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Página:Irremediablemente... (1919).pdf/98

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Espíritu divino que nada de mí sabes...
¿No podrías tomarme en tus manos suaves
Y decirme en voz baja: desdichada criatura...


Si desde mi silencio tus palabras oyera
Quizá por los jardines que dá tu primavera
Hecha pájaro de oro volara mi dulzura.

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