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CAPÍTULO III.
Desde la vuelta de Francisco I á Francia hasta la ruptura de hostilidades de los Estados italianos contra el Emperador.
Después de muchas dilaciones, tratos y arreglos, firmó Francisco I en Madrid el tratado de paz que había de devolverle su libertad el 14 de enero de 1526; ratificólo Carlos V el 11 de febrero, y el 17 de marzo cruzaba por fin el Bidasoa y entraba en su reino el prisionero de Pavía con decidido propósito de no cumplir las más esenciales cláusulas de la capitulación que tan solemnemente había suscrito.
«Plugo á Dios, escribía el Emperador al Abad de Nájera[1], poner la mano en que se concertase y firmase paz y confederación christiana
- ↑ Minuta de carta del Emperador al Abad de Nájera Toledo á 8 de febrero de 1526.— Col. Salazar.