154 PANORAMAS DE LA VIDA
otro quizá, desterraron de mi ánimo todo temor. Indiquéle un asiento cerca de la cama, y me preparé á escucharlo.
Tu Las miserías de una madre
—El antiguo propietario de estas tierras —comenzó él despues que hubo cerrado la ventana, y para mayor precaucion apagado la luz—era un hombre rico, pero avaro y perverso .
—Permítame V. decirle—interrumpí—que ese hombre de quien habla fué mi abuelo, y que me es doloroso oirle á V. maltratar su memoria.
-—Cuando me haya V. escuchado hasta el fin, juzgará si me excedo en esos calificativos —respondió mi interlocutor con sereno acento, y prosiguió.
—Aquel hombre tenia cinco hijos, séres desventurados, que nunca recibieron una caricia ni oyeron una palabra de benevolencia. Él no los amaba, por que el ánsia de allegar riquezas ocupaba solo su corazon.
Un dia, sinembargo, una fantasía de tirano cruzó su mente.
Entre veinte esclavas que látigo en mano hacia él trabajar en rudas labores, una jóven negra fijó su atencion.