PEREGRINACIONES 220
Al mediar de la noche desembarcamos, para dormir, en una de esas playitas buscadas de los viajeros, y raras en ese rio, como todos los de aquella comarca, invadida por las selvas.
Mientras cenábamos, los tigres, atraidos por el olor de la carne, acercábanse rugiendo; pero espantados de las llamas de nuestra fogata, se detenian á laceja del bosque, en cuya sombra veíamos centellear sus ojos.
¡Qué de misterios en aquella vasta zona de exuberante vegetacion, de maravillosas producciones, poblado de seres míticos, desde el flamígero carbunclo hasta el alado dragon.
Sin las dolorosas preocupaciones de mi ánimo, cuánto habría gozado en la contemplacion de aquellas explendorosas regiones.
XVI Costumbres primitivas
Despues de una larga navegacion, remontando el curso de rios, ora de mansa, ora de impetuosa corriente, llegamos en fin, á Balsapuerto, de donde era necesario emprender en hombros de indios un trayecto de cinco dias hasta Moyobamba.
Causóme tal terror la idea de escalar y descender los precipicios de aquella estraña manera, que,