250 PANORAMAS DE LA VIDA
Embebecidas en la espera anhelante del porvenir, dejábamos alejarse, sin pensar en ellos, esos venturosos dias de la infancia, rosados celages que alumbran el alma hasta en la noche de la vida.
¿Recuerdas nuestros turbulentos” juegos, en aquellos furtivos paseos de las nodrizas en la sombrosa alameda de Descalzos, y sobre el cerro de las Ramas? ¿Recuerdas las trazas empleadas para correr á la puerta, donde la una aguardaba ála otra, en la esperanza de cambiar un beso y un caramelo ?
Y nuestra morada en Belen, santuario de paz y fraternidad, donde podiamos amarnos sin temor? Y el dia beatífico de nuestra primera comunion? Qué inefables emociones al acercarnos á la sagrada mesa, al gustar el pan divino, al tender nuestras inocentes manos sobre el santo libro para hacer el juramento de ser buenas y virtuosas!
Tu madre lloraba de gozo .... Ay! la mia estaba ya en el cielo; pero yo la veía entre los coros de ángeles que poblaban el templo, velados con sus álas ante la magestad de Dios. Y cuando cumplida la augusta ceremonia, prosternadas ante el altar, prometimos amarnos mas allá de la muerte, vila, sonriéndonos con amor, recoger ese voto en su seno.
Evocando estos recuerdos, vuelvo á esos tiempos