296 PANORAMAS DE LA VIDA
XI
De sorpresa en sorpr Aura Á Rosa
Estoy aturdida, absorta, estasiada. Por las líneas desviadas de esta carta conocerás cuán trémula está mi mano.
En tanto que, no ha mucho, estaba escribiéndote, Inés habia corrido á su cuarto, cambiado de traje y vuelto á mi lado sin que yo de ello me apercibiese. Estaba bellísima, con un sencillo y elegante vestido de gró blanco, un lazo del mismo color bordado de avalorios sobre sus negros cabellos, y en el pecho un ramillete de violetas.
—Dios mio! qué bella estas! —exclamé—Pero qué significa todo esto?
—Soy tu dama de honor, y cumplo el ceremonial —respondió Inés con un airecillo entre risueño y solemne, descorriendo las cortinas que cerraban la puerta.
Quedé asombrada, ante el aspecto que presentaba el salon.
Recojido un tabique de madera á goznes que lo separaba del oratorio habíase trasformado en un