JUEZ Y VERDUGO 290
Luego volveré á tí. Quiero asociarte á todas mis horas en este venturoso dia ..............
Cuántos besos vale la noticia que voy á darte, Rosa mia! Dentro de tres dias marcharemos todos para Islay á esperar el paso del vapor que nos llevará á Lima, esa encantada mansion.
Dove é gicia e amor e vita, aureola de esa bella reina de las flores, que es la mitad de mi alma!
La cuestion se discutió en la mesa. Enrique no queria separarse de su amigo; mi padre no queria apartarse de su hija. (Qué hacer ?
Propúsose el arbitrage. Los votos recayeron en un anciano del valle.
—Qué decides ?—le preguntaron.
—Marchaos juntos—respondió, con tan viva alegria de todos nosotros, que espontáneamente llenamos nuéstras copas y bebimos á la salud del árbitro.
La copa de Inés permaneció vacia.
Llenóla ella á su vez; y poniéndose en pié— Caballeros—dijo, con una graciosa reverencia— bebo á vuestra salud, celebrando la merced que vais á otorgarme.
Y apuró la copa.
—Hable la bella princesa ! —respondió mi padre, con picaresca seriedad—díganos el mas imposible