336 PANORAMAS DE LA VIDA
felicidad se acerca. Un obstáculo de menos y seré vuestra.
—Oh! amada mia—exclamó el jóven, con apasionado acento—¿qué es necesario hacer para apresurar esa hora de ventura? Dónde existe ese obstáculo? nómbralo y yo lo venceré.
—Mi hermano tiene esa mision. Cuán bueno es mi hermano! Sabeis que acaba de hacerme inmensamente rica? En otro tiempo esta circunstancia habríame sido completamente indiferente; pero desde que me amais. .
—Ah! ¡siempre ese lenguaje ceremonioso !
—Y bien, Edgardo mio, desde que tú me amas, desde que yo te amo, doime ú soñar contigo en las delicias de una vida nómada, errante y suntuosa á la vez, al traves de los mares, y de los lejanos continentes habitando hoy un palacio en Paris; mañana un kiosko á las orillas del Bósforo ; otro dia un alcázar en la fantástica Bagdad .. . . Dí: ¿no te sonrie esta variada existencia, óh hijo de la excéntrica Albion?
—Ah! exclamó Edgardo, besando la blanca manita tendida hácia él—Cuán hermoso es ese sueño de tu puética fantasía ! Place por sí solo á mi gusto, de suyo aventurero. Cuál será realizado contigo !
En ese momento trajeron á Inés una carta. Encerrábala un sobre tosco, y llevaba un timbre que