EL POZO DEL yoccr 435
acercándose al oficial que iba ya á cerrar la puerta, apartó el velo que la disfrazaba y le mostró su rostro. En seguida cubriéndose de nuevo, arrastró consigo al prisionero, dejando yerto de asombro al oficial de guardia, que esclamó con terror—La esposa del coronel!
El prisionero fijó una mirada en sulibertadora y deteniéndose de repente—En vano te ocultas, criatura celestial, la dijo, el corazon te ha adivinado desde que tu mano tocó la mia.
—En nombre del cielo,—Fernando, alejémonos de estos sitios donde cada minuto es para tí la muerte, la muerte de cuyas garras he venido á arrebatarte á riesgo de mi vida, á riesgo de mi honra . . . . por que ya sé, 01! tú á quien he amado desde la primera mirada, ya sé que nombre dar á ese sentimiento invencible que me lleva á tí.
—Amor! exclamó el prisionero, que sin darse de ello cuenta, seguia el rápido paso de su guia, con el oido y el corazon pendientes de aquellas suaves palabras que llegaban como olas de fuego al fondo de su alma.
—Dónde estamos? dijo de pronto Aurelia deteniéndose falta de aliento.
—En la falda del cerro, al lado del pozo del Yocci, dijo la mulata, que los seguia á lo léjos. Aurelia se estremeció: la sombra de un recuerdo terrible