UN VIAJE AL PAIS DEL. ORO 197
por el temor. Sí, porque ¡ay de aquel que siquiera dejara sospechar un hallazgo! su muerte era segura : pululaban allí centenares de bandidos, que, disfrazados con la blusa del obrero, se arrojaban sobre él, y hacian desaparecer hasta su mismo cadáver.
Al llegará los placeres, era necesario elegir entre uno ú otro campo. El que aislaba su habitacion queriendo permanecer neutral, era perdido: unos y otros lo arruinaban. Achacábanle todos los desmanes anónimos cometidos allí, y aplicíndole la ley de Lynch, en dos por treslo despabilaban.
En vista de estas consideraciones, y no queriendo llevar entre los suyos á sus jóvenes trabajadores, por razones que yacian en su mente, Samuel se situó en Black hill, donde los norte-americanos tenian sus placeres y su campo.
A la mañana siguiente, antes de ponernos al trabajo, Samuel reunió á los niños.
Amiguitos les dijo —véome forzado ¿ modificar mis condiciones anteriores; condiciones dictadas por esperanzas que la realidad ha tambien, grandemente modificado. El salario estipulado en nuestras convenciones, lo tomareis en el trabajo del domingo, que os cedo todo entero, á condicion de que será para mí en el resto de la semana.
—Pero, si nosotros somos libres, y queremos trabajar por cuenta nuestra.