384 PANORAMAS DE LA VIDA
con todo el rencor aglomerado en su alma.
Oculto bajo diversos disfraces, recorrió el pais, desde los arrabales de Buenos Aires hasta las mas lejanas provincias. Visitó las ciudades, las aldeas, las aisladas cabañas de los campos; registró los mas apartados rincones de los pagos. “lodo inútilmente.
Rendido de fatiga, enfermo de despecho, llegó una noche á un pueblecito extraviado en las selvas correntinas.
La hora era avanzada, y el reducido vecindario dormia entre las tinieblas.
El siniestro peregrino sentóse al abrigo de un árbol que creciaála puerta de una casita blanca, estendiendo sobre ella su espesa fronda.
Tiempo hacía que se hallaba allí, con la frente entre las manos, hundido en acerbos pensamientos, que contrastaban con la calma apacible de la noche.
De repente, unida á los ocordes del piano, una voz melodiosa elevóse en medio del silencio, cantando la doliente romanza del Sauce.
Al escucharla, el caminante se alzó con un salto de tigre; y arrojándose sobre el lomo de su caballo, se alejó á toda brida.
Pocos dias despues, una partida penetró á mano armada en el tranquilo pueblecito; y cercando la