Página:Jean-Henri Fabre - La vida de los insectos.djvu/139

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
127
DE LOS INSECTOS

libro más obscuro de todos, el libro de nosotros mismos.

Por su fácil adquisición, entretenimiento no oneroso y examen orgánico no repugnante, se presta mucho mejor que los animales superiores a las investigaciones de nuestra curiosidad. Además, estos últimos, nuestros próximos parientes, no hacen mas que repetir un tema bastante monótono. Pero el Minotaurus, de inaudita riqueza de instinto, costumbres y estructuras, nos revela un mundo nuevo, como si mantuviésemos coloquio con los naturales de otro planeta. Tal es el motivo que me hace estimar el insecto en alto grado y renovar con él relaciones que jamás me cansan.

El Minotaurus thyphæus tiene afición a los lugares descubiertos, arenosos, donde los rebaños de ovejas que van al pastoreo siembran sus regueros de negras píldoras. Son para él su pienso reglamentario.

A primeros de marzo empiezan a encontrarse parejas dedicadas de concierto a la nidificación. Los dos sexos, hasta entonces aislados en madrigueras superficiales, se encuentran ahora asociados por largo período.

¿Se reconocen los dos cónyuges entre sus semejantes? ¿Hay entre ellos mutua fidelidad? En lo tocante a la madre, que en mucho tiempo no deja el fondo de la morada, son raras y aun nulas las ocasiones de ruptura matrimonial; en cambio, son frecuentes en el padre, que, por sus funciones, está obligado a salir frecuentemente de casa. Como pronto veremos, él es durante toda su vida el proveedor de víveres, el encargado del acarreo de los escombros. En diferentes horas del día él solo extrae al exterior las tierras que provienen de las excavaciones de la madre; él solo explora