Y su aurea cresta
Mece lánguido el trigal.
(Antes que acaben de cantar, el guempin se leranta y llama en alta voz:) Silencio, mis doncellas y señoras, por breves ratos os estoy pidiendo.
Una voz.
Silencio pide el guempín. ¡Silencio!
(Los danzantes siguen cantando:)
Todo salta ufano:
Hueque en val lozano,
En colina cabrón,
A ves en el ambiente:
Peces en la corriente,
En las flores el moscardón.
(Mientras se cante esta estrofa, clama uno de los jugadores)
Van dos con éste.
Tres son para mi
Aquí va otro. Yo me como nueve.
Una copa del licor de uñi.
Que hable el guempín.
Lauco. ¡Silencio, pues,
Danzantes bellas, y vosotros que
Por vuestros juegos arrobados, no
Prestáis acato al guempín. (Cesa el canto.)
Y veinte.
Ganaste, si, mas desde luego en
Segundo lance nuestras fuerzas y
Fortuna vamos a tentar.
Que viva el ñihuín, el más festivo
De los trabajos que en muy alegres,
Risueñas horas rematamos.
Y viva, mientras jóvenes hubiere
Que para los trabajos esforzados
Con buena voluntad acuden á
Regocijarse y hacer el bien
Por éste hoy, mañana por aquél.