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CESAR
Colocaos en la dirección del paso de Antonio cuando emprenda su carrera [1]. ¡Antonio!
ANTONIO
¡César, señor!
CESAR
No olvidéis en la rapidez de vuestra carrera, Antonio, de tocar a Calfurnia [2], pues, al decir de nuestros antepasados, la infecunda, tocada en esta santa carrera, se libra de la maldición de su esterilidad.
ANTONIO
Lo tendré presente. Cuando César dice: «Haz esto», se hace.
CESAR
Proseguid, y no olvidéis ninguna ceremonia [3].
(Trompetería.)
- ↑ When he doth run his course. Marco Antonio era el jefe de los Lupercos, llamados Julianos. Estos Julianos constituían una tercera orden que había sido creada por César.
- ↑ El día de las Lupercales, los sacerdotes lupercos corrían por las calles con una correa de cuero en la mano y tocaban a las mujeres que encontraban a su paso. La superstición popular atribuía a esa práctica la virtud de que habla aquí Shakespeare.
- ↑ Esto se halla de acuerdo con el carácter de César, al menos como nos los presenta Shakespeare, supersticioso en grado sumo.