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ACTUS SECUNDUS
SCENA PRIMA
Roma.—Jardín de Bruto.
(Entra Bruto.)
BRUTO
¡Eh, Lucio, hola! No puedo apreciar por la marcha de las estrellas cuánto falta para que apunte el día. ¡Lucio, digo! Quisiera tener el defecto de dormir tan profundamente. ¡Vamos, Lucio, vamos! ¡Despierta, digo! ¡Eh, Lucio!
(Entra Lucio.)
LUCIO
¿Llamabais, señor?
BRUTO
Lleva una vela a mi estudio, Lacio, y cuando esté encendida ven y avísame.