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LA «ANTÍGONA»

das, desdichado de mí? ¿á dónde encaminar mis pasos? No veo delante de mis ojos sino ruina y desolación; de tal manera el Hado inexorable se ha desencadenado contra mí.


EL CORO

La prudencia es una primera fuente de ventura; pero es preciso además no ser irreligiosos, y reverenciar á la Divinidad. Los discursos presuntuosos de los hombres altivos, les originan terribles infortunios, que enseñan, aunque tarde, á apreciar la Sabiduría.


FIN DE «ANTÍGONA.»


Granada, 1889.