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CONCLUSIÓN

Mensajera del buen Dios
es la paloma que vemos;
si de ella vamos en pos,
con la India hermosa daremos.


Colón, mis joyas te doy
para que naves aprontes;
yo me adornaré desde hoy
con violetas de los montes.—


Dice: anillos y arracadas
sueltan sus manos nevadas,
cual perlas un cielo; y él,
suspirando de alegría,
con acordada armonía,
ve perlas de más valía
en los ojos de Isabel.