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CONCLUSIÓN
su sombra; encarnarse en él la celeste sebiduría; y dice á quien se alza á su encuentro:—¡Vuela, Colón,... ya puedo morir en paz!—
su sombra; encarnarse en él la celeste sebiduría; y dice á quien se alza á su encuentro:—¡Vuela, Colón,... ya puedo morir en paz!—