Ir al contenido

Página:La Condenada (cuentos).djvu/136

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
132
V. BLASCO IBÁÑEZ

un viejo pescador me contó la historia.

—Este falucho—dijo acariciándole con una palmada el vientre seco y arenoso— es El Socarrao, el barco más valiente y más conocido de cuantos se hacen al mar desde Alicante á Cartagena. ¡Virgen Santísima! ¡El dinero que lleva ganado este condenao! ¡Los duros que han salido de ahí dentro! Lo menos lleva hechos veinte viajes desde Orán á estas costas, y siempre con la panza bien repleta de fardos.

El bizarro y extraño nombre de Socarrao me admiraba algo, y de ello se apercibió el pescador.

—Son motes, caballero; apodos que aquí tenemos, lo mismo los hombres que las barcas. Es inútil que el cura gaste sus latines con nosotros; aquí quien bautiza de veras es la gente. Á mí me llaman Felipe; pero si algún día me busca usted, pregunte por Castelar, pues así me conocen, porque me gusta hablar con las personas y en la taberna soy el único que puede leer el periódico á los compañeros. Ese muchacho que pasa con el cesto de pescado es Chispas, á su patrón le llaman El Cano, y así estamos