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La Eneida.
LIBRO X.
Ábrese en tanto del Olimpo excelso,
El estrellado, celestial palacio;
De los Dioses el padre y rey de hombres,
De su mansion los une allá en lo alto.
De alli todo lo vé con sus comarcas,
Y el campo vé tambien de los Troyanos
Y los pueblos del Lacio. Mas los Dioses
A faz de la natura se sentaron,
Y Júpiter despues asi les habla:
—«Augustos habitantes de los claros
«Cielos ¿ vuestro dictámen no es ya el mismo?
«Yo prohibido habia al Italiano
«Que al en Troya nacido combatiera;
«¿Porque, pues, de discordia ardiente rayo
«Lanzais contra mis órdenes supremas?
«¿O que nuevo temor os ha arrastrado