j dres á las madres. Iliad. lib.IX. v. 453—457&c. 561. 568. Las horribles imprecaciones de los padres y las madres contra los hijos que les han faltado á la veneracion y respeto, consternan y asustan; y se ve que los Dioses envian las Furias vengadoras, para castigar un crimen tan abominable. ¡Qué instruccion para los hijos ingratos é inhumanos, es ver el horror que causaba entre los Gentiles un delito tan enorme y detestable, sin embargo de que no tenian el verdadero conocimiento de las anathemas y castigos con que Dios amenaza á los que faltan impiamente á este primer vínculo y grito de la naturaleza !
¡Qué cosa mas admirable que las máximas extendidas en sus Poëmas sobre la hospitalidad, con respecto á los extrangeros y á los pobres! Esta virtud tan conforme á la humanidad, debe avergonzar á los Christianos, entre los quales casi ya no exîste sino un vestigio de aquella que antiguamente practicaban los Paganos con tanta nobleza, religiosidad, amor y generosidad, y que recomienda á los fieles la Sagrada Escritura, tanto en el viejo, como en el nuevo Testamento. La idea que tenian de