De aquellas bellas tablas admirables
En que del gran Ticiano
La delicada mano,
De Velazquez la ardiente valentía
Con franqueza y efeƈto inimitables,
De Pantoja, y Murillo la destreza,
Claudio Coello, y otros Profesores
Con quienes se gloría
Nuestra Escuela Española
(En cuyo ramo casi brilla sola)
Mostraron á qual mas de una cabeza
Del natural copiada los primores,
Y el adorno á un retrato conveniente;
Y así son ellos hoy mudos Censores
De aquel que á la razon desobediente,
Quando retrata al vivo á un Caballero,
Coloca la figura
En campo de grandiosa Arquiteƈtura,
Propio lugar de un Rey; ó del que intenta
Darla un ayre garvoso con esmero
Afeƈtada pintándola, y violenta.
Aprenda el Retratista
En esas excelentes producciones.
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