O las pasiones excitar del alma,
Y enfin mover los ímpetus marciales
Inflamando el valor de los mortales.
* Así pues la Pintura
En su principio fue rasgo grosero,
Que señaló el contorno de un semblante
En la sombra , guiando amor sincéro
Aquel perfil primero;
Y de estrecha clausura
La sacó el hombre con afan constante,
Copiando en adelante
No tan solo el color que al cuerpo humano
Dió la naturaleza,
Sino quantos matices la destreza
Del pincél soberano
Repartió sabiamente á lo visible;
Y llegó el Arte á tan excelso grado,
Que con viveza, casi no creible
Imitó la corriente cristalina
Del agua, y las montañas espumosas
Que forma, si halla el curso interceptado;
La claridad del ayre peregrina,
Los que produce el Sol bellos colores
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