ser servido, sino á servir, y á dar su vida para redencion de muchos [1].
29 Al salir de Jerichó, le fue siguiendo gran multitud de gentes,
30 y hé aqui que dos ciegos sentados á la orilla del camino, habiendo oido decir que pasaba Jesus, comenzaron á gritar, diciendo: ¡Señor! ¡hijo de David! ten lástima de nosotros.
31 Mas las gentes los reñian para que callasen. Ellos no obstante alzaban mas el grito, diciendo: ¡Señor! ¡hijo de David [2]! apiádate de nosotros.
32 Paróse a esto Jesus, y llamándolos, les dijo: ¿Qué quereis que os haga?
33 Señor, le respondieron ellos, que se abran nuestros ojos.
34 Movido Jesus á compasion, tocó sus ojos. Y en el mismo instante vieron, y se fueron en pos de él.
1 Acercándose á Jerusalem, luego que llegaron á
- ↑ Véase Is. LIV. v. 10. La palabra griega λύτρον significa propiamente el precio que se da por el rescate de los cautivos.
- ↑ Nombre que daban los judios al Mesías.