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Página:La Sagrada Biblia (XIII).djvu/129

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37 ¡Jerusalem! ¡Jerusalem! que matas á los Profetas, y apedreas á los que á tí son enviados, ¿cuántas veces quise recoger á tus hijos, como la gallina recoge a sus pollitos bajo las alas, y tú no lo has querido?

38 He aquí que vuestra casa va á quedar desierta [1].

39 Y así os digo: en breve ya no me veréis mas, hasta tanto que reconociéndome por Mesías, digais: Bendito sea el que viene en nombre del Señor.

CAPÍTULO XXIV.
Predice Jesus la ruina de Jerusalem y del Templo, y anuncia á sus discípulos lo que sucedería durante la promulgacion del Evangelio, y en su segunda venida. Les encarga que este a siempre en vela, para que la segunda venida no los coja desprevenidos.

1 Salido Jesus del Templo, iba ya andando, cuando se llegaron á él sus discípulos, á fin de hacerle reparar en la fábrica del Templo.

2 Pero el les dijo: ¿Veis toda esa gran fábrica? Pues yo os digo de cierto, que no quedará de ella piedra sobre piedra.

3 Y estando despues sentado en el Monte del olivar, se llegaron algunos de los discípulos y le preguntaron en secreto: Dínos, ¿cuándo sucederá eso? ¿y cuál será la señal de tu venida, y del fin del mundo?

4 A lo que Jesus les respondió: Mirad que nadie os engañe.


  1. Ciudad y Templo serán arruinados.