43 No debe ser lo mismo entre vosotros, sino que quien quisiere hacerse mayor, ha de ser vuestro criado;
44 y quien quisiere ser entre vosotros el primero, debe hacerse siervo de todos.
45 Porque aun el Hijo del hombre no vino á que le sirviesen, sino á servir, y á dar su vida por la redencion de muchos.
— 46 Despues de esto llegaron á Jerichô; y al partir de Jerichô con sus discípulos, seguido de muchísima gente, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino pidiendo limosna.
47 Habiendo oido pues que era Jesus nazareno el que venia, comenzó á dar voces, diciendo: Jesus, hijo de David, ten misericordia de mí.
48 Y reñíanle muchos para que callára. Sin embargo él alzaba mucho mas el grito: Hijo de David, ten compasion de mí.
49 Parándose entonces Jesus, le mandó llamar. Y le llamaron diciéndole: Ea, buen ánimo: levántate, que te llama.
50 El cual, arrojando su capa, al instante se puso en pié, y vino á él.
51 Y Jesus dijo: ¿Qué quieres que te haga? El ciego le respondió: Maestro mio, haz que yo vea.
52 Y Jesus: Anda, que tu fé te ha curado. Y de repente vió, y le iba siguiendo por el camino.