mente, y todos entran en él a viva fuerza ó mortificando sus pasiones.
17 Mas fácil es que perezcan el cielo y la tierra, que el que deje de cumplirse un solo ápice de la Ley.
— 18 Cualquiera que repudia á su muger, y se casa con otra, comete adulterio; y comételo tambien el que se casa con la repudiada por su marido.
— 19 Hubo cierto hombre muy rico, que se vestia de púrpura y de lino finísimo, y tenia cada dia espléndidos banquetes.
20 Al mismo tiempo vivia un mendigo, llamado Lázaro, el cual, cubierto de llagas, yacia á la puerta de este,
21 deseando saciarse con las migajas que caían de la mesa del rico: mas nadie se las daba; pero los perros venian, y lamíanle las llagas.
22 Sucedió pues que murió dicho mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham [1]. Murió tambien el rico, y fue sepultado en el infierno.
23 Y cuando estaba en los tormentos, levantando los ojos vió á lo léjos á Abraham, y á Lázaro en su seno;
24 y exclamó diciendo: Padre mio Abraham, compadécete de mí, y envíame á Lázaro, para que mojando la punta de su dedo en agua, me refresque la lengua, pues me abraso en estas llamas.