5 Mas ellos discurrian entre sí, diciendo: Si respondemos, que del cielo, nos dirá: Pues ¿por qué no habeis creido en él?
6 Y si decimos, de los hombres, el pueblo todo nos apedreará, teniendo por cierto, como tiene, que Juan era un Profeta.
7 Y así contestaron no saber de donde fuese.
8 Entónces Jesus les dijo: Tampoco yo quiero deciros con qué autoridad hago estas cosas.
— 9 Luego comenzó á decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, y arrendóla á ciertos viñadores; y él se ausentó lejos de allí por una larga temporada.
10 A su tiempo envió un criado a los renteros, para que le diesen su parte de los frutos de la viña; mas ellos, despues de haberle maltratado, le despacharon con las manos vacías.
11 Envió de nuevo á otro criado. Pero a este tambien, despues de herirle, y llenarle de baldones, le remitieron sin nada.
12 Envióles todavia otro; y á este tambien le hirieron y echaron fuera.
13 Dijo entónces el dueño de la viña: ¿Qué haré ya? enviaré á mi hijo querido: quizá, cuando le vean, le tendrán mas respeto.
14 Mas luego que los colonos le avistaron, discurrieron entre sí, diciendo: Este es el heredero, matémosle, á fin de que la heredad quede por nuestra.
15 Y habiéndole arrojado fuera de la viña, le mataron. ¿Qué hará pues con ellos el dueño de la viña?