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SAN JUAN.

17 Respondió la muger: Yo no tengo marido. Dícele Jesus: Tienes razon en decir que no tienes marido;

18 porque cinco maridos has tenido; y el que ahora tienes, no es marido tuyo: en eso verdad has dicho.

19 Díjole la muger: Señor, yo veo que tú eres un Profeta.

20 Nuestros padres [1] adoraron á Dios en este monte, y vosotros los judíos decís que en Jerusalem está el lugar donde se debe adorar.

21 Respóndele Jesus: Muger, créeme á mí; ya llega el tiempo en que ni precisamente en este monte, ni en Jerusalem adoraréis al Padre, sino en cualquiera lugar [2].

22 Vosotros adorais lo que no conoceis, pues sabeis poco de Dios; pero nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salud, ó el Salvador, procede de los judíos [3].

23 Pero ya llega tiempo, ya estamos en él, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre [4] en espíritu y en verdad. Porque tales son los adoradores que el Padre busca.

24 Dios es espíritu [5] y la misma verdad; y por lo


  1. Deut. XII. v.5.
  2. Véase Samaritanos.
  3. IV. Reg. XVII. v. 41.
  4. No con un culto falso y engañoso como los gentiles, ni carnal y eremonioso como muchos de los judíos.
  5. II. Cor. III. v.17.