1 Entonces Agrippa dijo á Pablo: Se te da licencia para hablar en tu defensa. Y luego Pablo accionando con la mano empezó así su apología.
2 Tengo á gran dicha mia, ¡oh rey Agrippa [1]! el poder justificarme ante tí, en el dia de hoy, de todos los cargos de que me acusan los judíos.
3 Mayormente sabiendo tú todas las costumbres de los judíos, y las cuestiones que se agitan entre ellos: por lo cual te suplico que me oigas con paciencia.
4 Y en primer lugar, por lo que hace al tenor de vida, que observé en Jerusalem desde mi juventud entre los de mi nacion, es bien notorio a todos los judíos:
5 sabedores son de antemano (si quieren confesar la verdad) que yo siguiendo desde mis primeros años la secta ó profesion mas segura de nuestra religion, viví cual Fariseo.
6 Y ahora soy acusado en juicio por la esperanza
- ↑ Nos enseña aquí san Pablo el respeto, sumision y rendimiento con que se debe venerar la autoridad, poder ó elevacion de las potestades de la tierra, aunque los príncipes ó grandes que las ejercen, sean malos y enemigos de Dios.