y todas existen en el: á el sea la gloria por siempre jamás. Amen.
1 Ahora pues, hermanos mios, os ruego encarecidamente por la misericordia de Dios, que le ofrezcais vuestros cuerpos como una hostia ó víctima viva, santa y agradable á sus ojos, que es el culto racional que debeis ofrecerle [1].
2 Y no querais conformaros con este siglo, antes bien trasformáos con la renovacion de vuestro espíritu, a fin de acertar qué es lo bueno, y lo mas agradable, y lo perfecto que Dios quiere de vosotros.
3 Por lo que os exhorto á todos vosotros, en virtud del ministerio que por gracia se me ha dado, a que en vuestro saber ó pensar, no os levanteis mas alto de lo que debeis, sino que os contengais dentro de los límites de la moderacion [2], segun la medida de fé que Dios ha repartido á cada cual.