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Página:La Sagrada Biblia (XIV).djvu/221

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CAPÍTULO VII.

20 puesto que fuisteis comprados á gran precio [1]? Glorificad pues á Dios, y llevadle siempre en vuestro cuerpo.

CAPÍTULO VII.
De las cargas del matrimonio, y de las ventajas de la virginidad. Aviso á las viudas.

1 En órden á las cosas sobre que me habeis escrito, respondo: Loable cosa es en el hombre no tocar muger;

2 mas por evitar la fornicacion, viva cada uno con su muger, y cada una con su marido [2].

3 El marido pague á la muger el débito, y dela misma suerte la muger al marido.

4 Porque la muger casada no es dueña de su cuerpo, sino que lo es el marido. Y asimismo el marido no es dueño de su cuerpo, sino que lo es la muger.

5 No querais pues defraudaros el derecho recíproco, á no ser por algun tiempo de comun acuerdo, para dedicaros á la oracion; y despues volved á cohabitar, no sea que os tiente Satanás por vuestra incontinencia.

6 Esto lo digo por condescendencia, que no lo mando.

7 A la verdad me alegrára que fuéseis todos tales


  1. No menos que con el de la sangre de Jesu-Christo.
  2. El que no tenga el don de continencia para quedarse célibe, cásese antes que entregarse á la impureza.