3 ni como que quereis tener señorío sobre el clero ó la heredad del Señor [1], sino siendo verdaderamente dechados de la grey:
4 que cuando se dejará ver el príncipe de los pastores Jesu-Christo, recibiréis una corona inmarcescible de gloria.
5 Vosotros igualmente ¡oh jóvenes! estad sujetos á los ancianos ó sacerdotes [2]. Todos en fin inspiráos recíprocamente y ejercitad la humildad, porque Dios resiste á los soberbios, pero á los humildes les da su gracia.
6 Humilláos pues bajo la mano poderosa de Dios, para que os exalte al tiempo de su visita ó del juicio;
7 descargando en su amoroso seno todas vuestras solicitudes, pues él tiene cuidado de vosotros.
8 Sed sóbrios, y estad en continua vela, porque vuestro enemigo el diablo anda girando como leon rugiente al rededor de vosotros, en busca de presa que devorar:
9 resistidle firmes en la fé, sabiendo que la misma tribulacion padecen vuestros hermanos, cuantos hay en el mundo.
10 Mas Dios, dador de toda gracia, que nos llamó a su eterna gloria por Jesu-Christo, despues que hayais padecido un poco, él mismo os perfeccionara, fortificará y consolidará.