compadecerse de él [1], ¿cómo es posible que resida en él la caridad de Dios?
18 Hijitos mios, no amamos solamente de palabra y con la lengua, sino con obras y de veras ó sinceramente:
19 en esto echamos de ver que procedemos con verdad; y así alentarémos ó justificarémos nuestros corazones en la presencia de Dios.
20 Porque si nuestro corazon nos remordiere [2], Dios es mayor que nuestro corazon, y todo lo sabe.
21 Carísimos, si nuestro corazon no nos redarguye, podemos acercarnos a Dios con confianza;
22 y estar ciertos de que cuanto le pidiéremos, recibirémos de él; pues que guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables en su presencia.
23 En suma este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesu-Christo, y nos amamos mútuamente, conforme nos tiene mandado [3].
24 Y el que guarda sus mandamientos, mora en Dios, y Dios en él; y por esto conocemos que él mora en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado [4].
- ↑ Esto es, no ejercita con él la misericordia, la beneficencia y la benignidad.
- ↑ De haber usado de dureza con nuestros hermanos, no quedará oculto á Dios nuestro delito.
- ↑ Joann. VI. v.29.— XIII. v.31.— XV. v.12. XVII. v.3.
- ↑ Espíritu que todo él es caridad.