Esta página ha sido validada
279
CAPÍTULO I.
y que ha de venir; y de parte de los siete espíritus, que asisten ante su trono [1];
5 y de parte de Jesu-Christo, el cual es testigo fiel, primogénito, ó el primero que resucitó de entre los muertos, y soberano de los reyes de la tierra; el cual nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
6 y nos ha hecho reino y sacerdotes de Dios Padre suyo [2]: al mismo la gloria y el imperio por los siglos de los siglos: Amen.
7 Mirad cómo viene sentado sobre las nubes del cielo, y verle han todos los ojos, y los mismos verdugos que le traspasaron ó clavaron en la cruz. Y todos los pueblos de la tierra se herirán los pechos al verle [3]: si por cierto: así será.
8 Yo soy el Alpha y la Omega [4], el principio y el
- ↑ Por estos siete espíritus unos entienden los siete ángeles custodios de las siete Iglesias; otros los siete primeros ángeles que asisten al trono de Dios. Tob. XII. v.15. Algunos lo entienden tambien de los siete dones del Espíritu santo.
- ↑ Porque despues de haber triunfado del mundo, demonio y carne, le ofrecemos las víctimas espirituales, que son las plegarias y alabanzas que salen de nuestros lábios, en lugar de becerros, carneros, etc. que ofrecian los judíos. Véase Becerros.
- ↑ Poseidos de un tardío é inútil arrepentimiento.
- ↑ Alpha y omega son los nombres de la primera y última letras del alfabeto griego, cuya lengua era la usada en el Asia menor; y esta expresion ó modismo le explica san Juan en seguida.