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LIBRO PRIMERO.
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Gran fatiga y trabajo, y que le sirve
Una vieja , que en solo aderezarle
Su comer y beber contino entiende,
Quando del gran trabajo desfallece
En su muy fertil viña, que arrastrando
Algunas veces anda , y con gran pena.
Vine á esta tierra, á causa que entendia
Que era vuelto tu padre : y yo no veo
Que sea ansi; mas antes me parece
Que alguno de los Dioses se lo impide.
El no es aun fallecido, ni le cubre,
Como sospechas tu, la grave tierra;
Antes vive en una isla que rodea
El largo mar, do ha sido detenido
Por salvages muy duros y muy fieros,
Que le detienen preso á su despecho:
Y á esta causa sola aun no es tornado.
Pero yo te adevino desde agora,
No porque sea propheta, ni porque haya
Sabido los agüeros de las aves,
Sino por lo que mi alma juzga y siente,
Que de los grandes Dioses lo he alcanzado,
Y pienso que será sin falta alguna,
Que no estará tu padre mucho tiempo
Ausente de su tierra y de su casa.
Y aunque en duras cadenas le tuviessen,
Por su muy grande aviso y su prudencia
El