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En el norte de Chile de principios del siglo XX, pujante e internacional gracias a la industria del salitre, los españoles pierden la intimidad del origen y en publicaciones y prensa aparecen consignados solo como “conocido caballero español”, “prestigioso comerciante”, “español, entusiasta y tesonero”, etc.[1] A lo sumo, se consigna un origen genérico, como catalán, vasco, de Santander, pero sin mayores precisiones geográficas.

Hay algunas excepciones, pocas, pero las hay. Como Luis Panadés e Issamit, originario de Mont-Blanch (Tarragona), llegado a Antofagasta en 1888, dueño del Hotel Unión de esa ciudad, establecimiento “con un espacioso salón de billares y sala de espectáculos.”[2]

Lo mismo pasa en las ciudades grandes como Santiago, Valparaíso o Concepción. La patria chica se pierde en el gentilicio provincial o regional. No así en aquellos que se van a residir a ciudades más pequeñas, sobre todo del sur de Chile. En esos casos, cuando la prensa local o alguna memoria anual de la Sociedad Española de Beneficencia o del Banco Español trazan el perfil de los españoles residentes en la localidad, suele indicarse el lugar exacto de nacimiento. Como si el provincianismo en que viven ayudara a mantener viva la patria chiquitísima. Allí pervive la memoria del origen en nombres tan sonoros y evocadores como Calahorra, Murillo de Río Leza o Suterraña.

Por lo que se refiere al exilio republicano, lo que prima obviamente es su condición de perseguido, de persona que huye, no su origen geográfico. Si bien en casi todos los casos se conoce la procedencia exacta de cada uno de ellos, no será el terruño de origen lo que marque y defina su identidad, sino el hecho de ser “republicanos” y de asumir la condición de “refugiados”. La procedencia o el lugar donde se encontraban en el momento de estallar la guerra, evidentemente marcó sus vidas, según quedaran en el “lado nacional” o en el “lado de la república”, pero a la hora de partir hacia América, la única identidad que tenían era la de “rojos”, desterrados y vencidos.

En la actualidad, cuando la globalización te lanza desde cualquier parte a cualquier otra sin que alcances a notar ni que has salido, ni que has llegado, ni siquiera que te has desplazado; cuando ya no se puede hacer el viaje a Itaca porque el viaje mismo ha perdido toda significación y lo único importante es llegar sin haber salido ... todos los españoles vienen de Europa.

Haciendo Camino al Andar

Caminante son tus huellas
el camino y nada más;
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Antonio Machado
  1. España en Chile Op. Cit.
  2. España en Chile Op. Cit.
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