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Habría tanto que rescatar de nuestra conjunta historia reciente – amén del legado histórico que a trancas o a barrancas hemos hecho nuestro – que se pierde una en un laberinto de pasiones y emociones. En esos meandros de legados intangibles y sutiles. ¿Quién será la Ariadna que me preste una madejita de pitilla para desandar el camino sin olvidar a nadie? Empeño imposible, por cierto. Ariadna llora la partida de Teseo y yo me enfrento sola al Minotauro de la memoria. Solo soy capaz de rescatar a aquellos que, por razones absolutamente confesables, se fueron construyendo un huequito cálido y hogareño en mi alma de exiliada tantas veces.

Un judío polaco, de Lemberg, que vaya una a saber que vientos del pueblo lo llevaron y lo trajeron para que acabara en Chile, como exiliado español. Y no fue uno ¡fueron dos! Mauricio Amster y Mariano Rawizc. Tipógrafos ambos. Magos de las letras y los espacios. Revolucionarios de la palabra impresa. Orfebres meticulosos y disciplinados de la gráfica. A ellos le debe la gráfica chilena, en gran parte, haberse vestido de largo. Haber pasado de la chapuza necesaria, al oficio riguroso; que no otra cosa es el arte. En palabras de Armando Uribe, nunca antes un poeta hubiera soñado encontrar un editor que cuidara de no romper el ritmo, ni quebrar las rimas al componer y diagramar un libro. De Amster es la “Historia de Chile” de Sergio Villalobos publicada por le Editorial Universitaria. También la “Técnica Tipográfica” de la misma editorial, libro del cual, además, es autor. De Rawizc tantas y tantas portadas de los discos de Alerce.

Recuerdo las increíbles manos de Mariano Rawizc. Dedos largos y delgadísimos espolvoreados de manchitas color café. Sin el menor aspaviento, era capaz de copiar, al mismo tiempo, dos textos distintos; uno con cada mano. Era ambidiestro o ambisiniestro, según se mire, de forma tan total y absoluta, como sencilla y cotidiana. Era en todo un poco así, total y absoluto sencillamente.

Un músico madrileño, Vicente Salas. Músico y musicólogo. Pianista, profesor, investigador, fundador del Centro de Investigaciones Folklóricas de Chile, fundador y director de la Revista Musical Chilena, Director del Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile. Amigo entrañable, de fina cultura y sensibilidad de cristal trabajado, según Santiago Ontañón.

Un arabista valenciano. Vicente Mengod. Uno de los primeros arabistas de este país. Periodista, pedagogo y literato. Miembro fundador del Instituto Chileno Árabe de Cultura de Chile. Autor de “Proyecciones árabes en la poesía castellana” y “Situaciones del mundo árabe”. Pedagogo vocacional. Promotor de la Escuela Nueva a través de sus textos “La Escuela de Hacer” y “Corrientes Pedagógicas Contemporáneas”. Impulsor de una educación basada en los problemas de la vida y en las actividades cotidianas.

Un filósofo vasco. Cástor Narvarte. Formado en la Universidad de Chile a la que dedicó prácticamente toda su vida como académico e investigador. Especialista en filosofía antigua, escribió importantes ensayos sobre la violencia. Sobre esa violencia que tan de cerca le tocó vivir siendo casi un niño. A la muerte de Franco, en un extensa carta publicado en el diario El Mercurio

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