y á su hormiguero
marcado con su huella
deja el sendero.
IV
¿Quién soy?—¿Cuál es mi sino?
¿Quién sabe? Peregrino
que gira sin camino
del mundo en rededor,
lo mismo en los sillares
do apoyan sus pilares
los domos seculares
del templo del Señor,
que al pié de los lentiscos
de los agrestes riscos,
donde hace sus apriscos
el mísero pastor,
recojo los cantares
y cuentos populares
que narra en sus hogares
el vulgo, de sus lares
ignaro historiador.
Yo hago una historia de una patraña,
que oigo á la ciega supersticion
contar al fuego de una cabaña
de un aguacero de invierno al son.
Convierto en tiernos cuentos sencillos
de los pastores la relacion,
y á los palacios y á los castillos
voy á hacer luego su narracion.
Mas por de quiera voy anudando
con almas tiernas honda afeccion;
y por de quiera que voy pasando,
pedazos dejo del corazón.
Yo soy como la abeja;
que en los rosales