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A LESBIA
EN EL DESIERTO
Ven, Lesbia, ven, sobre mi pecho ardiente
Reclina sin cuidado.
Llena de amor, la entristecida frente;
Que quiero abandonado
Del mundo todo, en placentera calma,
Á tí tan solo consagrar mi alma.
Ven, calmaré tu duelo y tus dolores;
Aquí sobre la alfombra
De tierna grama y de silvestres flores,
Á la tendida sombra
Del verde cedro y de la encina hojosa
Entablaremos plática sabrosa.