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CANTO FUNEBRE
Á MI DIFUNTA HERMANA.
Oh! dichosos mil veces! sí, dichosos
Los que podeis llorar: y ¡ay! sin ventura
De mí, que entre suspiros angustiosos
Ahogar me siento en infernal tortura.
EN este corazón que vertió pródigo
Torrentes de ufanía,
Oue se sintió inundado
Por el néctar riquísimo y preciado
De la enaltada copa de ambrosía;
En este corazón feliz, risueño,