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234 — Poesías de Cuellar.

Suene en la peña ruda
El gemido de tórtola viuda...
Y el cielo ante mis ojos encubierto
Con pardas nubes, que en pesado giro
Vierten escarcha en hebras plateadas,
Que luego amontonadas
Son el blanco tapiz de mi retiro.

Canos cipreses, viejos ahuehuetes,
Que contemplais estáticos mi duelo,
Cual pálidos fantasmas,
Yo sé muy bien que volveréis un día,
Como el árido suelo,
A revestiros de pomposas galas;
Y tornará la alegre primavera
Sus mantos de esmeralda,
Tendiendo en la pradera
Y en la desnuda falda
De los erguidos montes;
Y tintos de oro y grana
Se ostentarán los limpios horizontes
En la fresca mañana;
Correrán los arroyos y las fuentes
Con plácido murmurio,