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LA FLOR Y EL SOL.
CRECE gallarda flor en la pradera;
Y púdica, velando el albo seno,
Desdeña del amor dulce veneno.
Casta y hermosa en su virtud austera.
Se encumbra el rojo sol y reverbera
Su lumbre pura en el zenit sereno;
Y un rayo nada más de vida lleno
Abre la flor que á amar se resistiera.
Así tu corazón, cerrado un día,
Esquivaba la luz de mis amores
Y el tierno afán que mi alma enloquecía;
Pero mi amor, con vivos resplandores.
Abrió tu pecho á la ventura mía,
Como abre el sol el cáliz de las flores.